lunes, 30 de noviembre de 2009
EL ACTOR COMO AUTOR ANTE LA CÁMARA 4ª Edición
Y ya van 4, 4 ediciones de este taller en el que investigamos, probamos, nos acercamos, nos equivocamos, volvemos a empezar, nos arriesgamos, jugamos, nos potenciamos delante de la cámara. El uso de los subtextos, de las pausas, de esos silencios, que hablan más que cien diálogos en el alma de nuestros personajes. Hemos navegado con dificultades, pero siempre se ha llegado a buen puerto. Las conclusiones no sucederán de inmediato, irán surgiendo en momentos próximos en los que ya en otros ámbitos, delante de otros objetivos, y equipos técnicos diversos, volvamos a tener la suerte de construir esos personajes a partir de los cuales se cuentan las historias. Ejercer lo que nos gusta es nuestra salvación en este confuso mundo. No lo olvidéis nunca. Eso, y que cada uno de vosotros es sencillamente irrepetible y único. Ya comienzo a echaros de menos...
lunes, 26 de octubre de 2009
QUARTMETRATGES
martes, 1 de septiembre de 2009
Eso es escribir...
Los pensamientos son pájaros de colores que vienen y van a su antojo, volando al compás de su capricho. No se atan, se sufren; no se buscan, se improvisan. Los pensamientos vienen a la cabeza arrastrados por hilos invisibles que no se recuerdan y luego se van para dejar paso a otros que no fueron llamados. Y a veces se rebelan impúdicos, manifestándose contra los deseos de quien los tiene: no se controlan, se imponen. Los pensamientos son cerezas de temporada que demasiadas veces se comen golpeadas.
ADIOS A LOS HOMBRES
Antonio Gómez Rufo
Eso es escribir…
martes, 9 de junio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
Buen viaje David...
miércoles, 27 de mayo de 2009
5 segundos y Acción!
martes, 26 de mayo de 2009
El espantapájaros
jueves, 14 de mayo de 2009
miércoles, 13 de mayo de 2009
a los que les incomoda que sepamos
No ha existido ninguna civilización, incluyendo la de Platón, que haya sido destruida porque sus ciudadanos conocieran demasiado la verdad. Las personalidades autoritarias temen la amenaza que surge no de las ideas, sino de las emociones. Los que ocupan el poder nunca quieren que sintamos. El pensamiento se puede controlar y manipular, pero la emoción tiene su propia voluntad y resulta impredecible. Los artistas amenazan a la autoridad desvelando las mentiras e inspirando la pasión necesaria para el cambio. Por eso, cuando los tiranos se hacen con el poder, sus escuadrones de fusilamiento apuntan al corazón de los escritores.
miércoles, 6 de mayo de 2009
martes, 5 de mayo de 2009
recomendación literaria
miércoles, 29 de abril de 2009
Los dioses habitan entre nosotros
lunes, 20 de abril de 2009
El Jardin de los Cerezos
jueves, 16 de abril de 2009
El Balneario de LAS ARENAS
miércoles, 15 de abril de 2009
Vida en el Teatro
Vida en el teatro
Ante la avalancha de manifestaciones de la cultura de masas, profundamente influenciadas o determinadas por técnicas de reproducción, los amantes del teatro suelen subrayar su excepcionalidad aludiendo a su condición de espectáculo "en vivo" que tiene lugar, como la existencia misma, en una sucesión de instantes irrepetibles, en puro presente sin retorno. Tal es ciertamente una de sus cualidades más distintivas que entraña, sin embargo, una extraordinaria dificultad para sus intérpretes. En sentido estricto, para que esa condición se cumpla el actor ha de estar -como tan bien lo definió Eugenio Barba- continuamente "en vida", es decir en constante apelación y en ejercicio de todos sus resortes psicofísicos, sin posibilidad de distracción, en acrecentada presencia.
Es fácil de entender que si el Teatro, es decir los que lo aman y disfrutan, los que lo escriben, hacen o crean, no ha de resignarse a ser una reliquia cultural tendrá que extremar ese carácter de "en vivo" planteando a sus creadores la vieja cuestión del entrenamiento, de la afinación y conservación de las facultades psicofísicas básicas e imprescindibles de su oficio: la atención, la capacidad vocal, la imaginación física, el espíritu de juego, etc. Son precisamente esas facultades las que el tiempo con más ahínco erosiona y su merma reduce irremediablemente la capacidad de comunicación del intérprete. Si las células del cuerpo humano mueren y se renuevan en un ciclo constante, ¿no habría que prestar una atención preferencial a nuestro imprescindible bagaje técnico, físico y psíquico? Y a la renovación de nuestra disciplina artística, que se alimenta de la vida y respira a la par que su receptor, el público, mediante el diálogo con otros artistas, otras claves, otras culturas.
A mi entender el estímulo y acrecentamiento de las facultades del actor que permiten que lo irrepetible del teatro se manifieste no es alcanzable únicamente a partir de la formación -por buena que ésta haya podido ser- adquirida en un Conservatorio, la práctica consciente o la guía responsable de un maestro sino, más allá de todo esto, mediante el permanente aprendizaje y el entrenamiento adecuado a cada edad y atento a la conservación de las capacidades fundamentales de su hermoso oficio. De entre ellas, me gustaría significar, además, otras que hacen del teatro un arte vivo: la intención y urgencia de decir algo, de transmitir ideas y sentires particulares con relación a nuestro entorno y extenderlos al prójimo.
¿Puede uno imaginar a un gran intérprete musical, a un pintor, a un deportista excelente que no esté comprometido con una afinación continua de sus facultades? Sólo si cada uno se sigue cuestionando, sólo a través de una inagotable búsqueda, se mantendrá viva esa incandescencia en los actores, actrices, creadores: los ves arder, pero sin llamas, desde dentro. Y ésa es una energía que alumbra, que purifica y que se propaga: la energía que hay que hacer brotar en el teatro.
José Luis Gómez
Es fácil de entender que si el Teatro, es decir los que lo aman y disfrutan, los que lo escriben, hacen o crean, no ha de resignarse a ser una reliquia cultural tendrá que extremar ese carácter de "en vivo" planteando a sus creadores la vieja cuestión del entrenamiento, de la afinación y conservación de las facultades psicofísicas básicas e imprescindibles de su oficio: la atención, la capacidad vocal, la imaginación física, el espíritu de juego, etc. Son precisamente esas facultades las que el tiempo con más ahínco erosiona y su merma reduce irremediablemente la capacidad de comunicación del intérprete. Si las células del cuerpo humano mueren y se renuevan en un ciclo constante, ¿no habría que prestar una atención preferencial a nuestro imprescindible bagaje técnico, físico y psíquico? Y a la renovación de nuestra disciplina artística, que se alimenta de la vida y respira a la par que su receptor, el público, mediante el diálogo con otros artistas, otras claves, otras culturas.
A mi entender el estímulo y acrecentamiento de las facultades del actor que permiten que lo irrepetible del teatro se manifieste no es alcanzable únicamente a partir de la formación -por buena que ésta haya podido ser- adquirida en un Conservatorio, la práctica consciente o la guía responsable de un maestro sino, más allá de todo esto, mediante el permanente aprendizaje y el entrenamiento adecuado a cada edad y atento a la conservación de las capacidades fundamentales de su hermoso oficio. De entre ellas, me gustaría significar, además, otras que hacen del teatro un arte vivo: la intención y urgencia de decir algo, de transmitir ideas y sentires particulares con relación a nuestro entorno y extenderlos al prójimo.
¿Puede uno imaginar a un gran intérprete musical, a un pintor, a un deportista excelente que no esté comprometido con una afinación continua de sus facultades? Sólo si cada uno se sigue cuestionando, sólo a través de una inagotable búsqueda, se mantendrá viva esa incandescencia en los actores, actrices, creadores: los ves arder, pero sin llamas, desde dentro. Y ésa es una energía que alumbra, que purifica y que se propaga: la energía que hay que hacer brotar en el teatro.
José Luis Gómez
Ellos
martes, 7 de abril de 2009
los hombres...
domingo, 5 de abril de 2009
viernes, 3 de abril de 2009
Multiplicarse
jueves, 2 de abril de 2009
Justicia poética
miércoles, 1 de abril de 2009
cualidades de un actor
Según Richard Bolievslavski, actor y pedagogo que logró transmitir el sistema Stanislavski en Estados Unidos a partir de 1923, tal como éste lo desarrolló a principios del siglo XX, un actor ideal debe combinar en sí mismo las cualidades siguientes:
martes, 31 de marzo de 2009
My Blueberry Rachel
Silencio e inmovilidad
martes, 24 de marzo de 2009
Una recomendación
Larga vida señor Ayala
lunes, 16 de marzo de 2009
¿Quién teme a Virgina Woolf?
viernes, 13 de marzo de 2009
El sentido encantado del drama
jueves, 12 de marzo de 2009
la capacidad de un solo verso
En ocasiones un solo verso tiene la capacidad de cien novelas. Hoy el ejemplo es este mismo que acabo de leer del poemario Retratos con nombre de Vicente Aleixandre: "La soledad repleta de vida no es tristeza"
lunes, 9 de marzo de 2009
Rourke
The Motorcycle boy ha tardado 25 años en transformarse en eso que tanto amaba, un Rumble fish denominado The Wrestler.