miércoles, 16 de octubre de 2013

Dimensiones infinitas

En pleno viaje de documentación y estudio para mi nueva obra de teatro que sitúo en el Londres de 1896, me he encontrado con esta foto maravillosa que he querido compartir con todos vosotros. Se trata de un retrato de la actriz Ellen Terry a la edad de diecisiete años. En todas y cada una de las imágenes de cada uno de los personajes que van apareciendo en mi viaje, se percibe una clara antigüedad en sus actitudes, miradas, gestos. Pero aquí... Aquí el misterio de lo atemporal y cuántico acontece de un modo mágico. Me he quedado prendado con esta imagen, con esta joven actriz que perfectamente podría haber sido fotografiada ayer mismo en un rincón cualquiera de cualquier Teatro del West End.
Sigo anclado a sus hombros, a su cuello grácil y su sereno rostro pensativo. A esa mano melancólica sujetando su collar a aquel recuerdo que no se aleja de su alma, aquel nombre, aquel apellido de hombre que tuvo que negar y negarse, que tuvo que no seguir viviendo, pero que le acompañará siempre... porque hay nombres y apellidos que aunque naufragan en las miradas, siguen navegando en las pieles hasta lo infinito.
El nombre de esa actriz de diecisiete años es Ellen Terry. Le queda mucho por hacer, muchísimo. Será una de las más grandes. Mucho antes de que nazca eso llamado cine. La foto es de 1865, pero en realidad fue sacada ayer mismo en Londres, y virada a sepia en el ordenador de una amiga suya que apunta maneras como fotógrafo. Sí, de eso estoy seguro.
Sigo el viaje hacia mi obra, descubriendo en cada rincón del laberinto de documentos históricos que puedo enamorarme aun, que puedo hacerlo incluso de alguien que está viviendo en otro tiempo. Y que puedo soñar con un sueño que habita en otra estancia de este juego incomprensible o no de dimensiones infinitas que supone este oficio maravilloso denominado Teatro...

Buenos días soñadores...

martes, 8 de octubre de 2013

Larga eternidad Patrice...


El gran sueño de la vida de cineasta de Patrice Chéreau fue rodar la historia del exilio de Napoleón con Al Pacino. Nunca se llegó a cumplir. Chéreau contaba que "si hubiera aceptado a Scarlett Johansson se habría hecho".
Pero se negó.
...
En alguna dimensión desconocida deben habitar todos esos proyectos teatrales o cinematográficos que no pudieron ser aquí, pero que sí lo fueron en ese interrogante o infinito al que tal vez acudimos todos. Del que tal vez todos venimos. Allí espero poder tomar café contigo, en la terraza del de Flore, tal y como imaginé mientras estudiaba tu nombre y obra cierto mes de invierno durante mi viaje de estudiante de Dirección y Dramaturgia. Tal vez allí sí tomen café con nosotros Pacino y la Johansson, en una pausa del rodaje. Y tal vez, sí, por qué no, lleve yo también puesto el uniforme de oficial francés, cuando llegue el ayudante de dirección para decirnos a todos que no nos podemos entretener, que continuamos con el siguiente plano...

Buenos días soñadores. Larga eternidad Patrice...


martes, 1 de octubre de 2013

Os equivocáis...


Os equivocáis cuando decís que a este gobierno no le importa la Cultura. No sabéis lo que decís...
Le importa y mucho... Este gobierno ve importante la Cultura, muy importante, porque entiende lo que puede generar en la razón y la lógica de los ciudadanos. Esos que luego votan. Esos que pueden dar o quitar el poder. Os equivocáis sí.
A este gobierno le importa mucho la Cultura. Tanto que la considera peligrosa. Como peligroso fue Sócrates, o Galileo, o Cristo, o Lope, o Lorca para la derecha y la Iglesia de cada momento y lugar.
Pero aunque les gustaría acabar con ella de raíz, con la Cultura. Simulan con rostro amable que no se puede hacer otra cosa que recortarla, que no es otra cosa que, de un modo programado, vil y sistemático, ir poco a poco aniquilándola. Quisieran hacerlo como se aniquiló entonces a profesores, poetas, actores, bailarines, pintores, escritores, editores, y hombres y mujeres de luz, de bien, con ideales, con alma...
Pero es una época de tecnocracia y disfraz que no necesita de acciones militares para acabar con ella, con la Cultura. Es quitándole poco a poco su oxígeno, muy poco a poco, muy lentamente...
Os equivocáis, insisto, sí que es para este gobierno importante, y mucho, la Cultura...

Y es que la forma que adopta la Dictadura en esta disfrazada Democracia es visible a quienes quieran verla.