sábado, 29 de junio de 2013

Despertarás ayer...

Hay un lugar en el que la magia existe, en el que se hipnotizan las almas en un baile de versos, o diálogos en prosa. Hay un ir y venir, con pies de niño, en un camino de nubes o folios almendrados por la negritud traviesa de esas hormiguitas alineadas llamas letras, palabras. Hay un pretender convertir el texto escrito en carne, verbo y alma. Y hay tanta pasión, juego, sombras y magia en ese ejercicio de soñadores que es el Teatro, que un buen día te puedes encontrar con la absoluta certeza de que estás despertando ayer, de que te puedes saltar todas las leyes de los calendarios y las físicas, porque de súbito te encuentras con la emoción de estar levantando un nuevo proyecto, y es con Diego, con Noelia, con Josep, con Toni, actores a quienes tanto admiras desde ese ayer en el que de súbito hoy despiertas. Pero sobretodo es sentirles a ellos dos a tu lado, una vez más, saltando veinte años hacia atrás, regresando a bosques de Arden, islas de Prósperos o sangrientas Bodas de Lorca. Es escuchar sus risas de duendes, sus miradas de niños incorruptibles que quiero tanto como se quiere a lo que más se quiere en esta vida. Es estar con Jaime y con Olga, y es volar, hacia un territorio feliz y reencontrado de fantasía, misterio, y magia, en el que no quiero despertar, aunque la voz de Casany te lo sugiera con una cuenta hacia atrás... 3... con una voz susurrante e hipnótica... 2... con la que Despertarás ayer... 1... ya incluso en la primera lectura...