sábado, 17 de abril de 2010

Un poema de hace unos años...

HACIENDOME MAYOR

Voy a ti,

insondable edad

que prolongarás mis arrugas,

mis carencias, mis nubes

mis interrogantes,

mis adioses últimos,

y mis canas.

Voy a ti,

como hombre claro y sereno,

desprovisto de pueriles miedos,

desnudo de infranqueables infancias.

A ti me dirijo.

A ti voy,

con firmeza de monte

de centenas de milenios,

con enigma de noche,

con fluir de océanos.

Voy a ti,

caminando erguido,

con el orgullo de un bagaje preciso

del que no reniega quien a ti va,

quien de ti ha huido.

Voy poco a poco,

pero a ti decidido,

edad que me deparas edades,

caprichos, errores nuevamente,

y el amor, aunque tal vez escondido.

Voy, a ti,

alcanzándote en cada paso,

en cada madrugada o verso,

en cada labio o apellido.

Voy a ti,

flor del asfalto dañino,

pez de sonrisa de plata

y concluir húmedo y diamantino.

Voy a ti

edad que me recoges hombre,

todo sangre, carne,

palabra, verdad y recuerdo

de bosques y cementos.

Voy solo,

pájaro azul en las vacilantes nubes,

unicornio generoso,

descarnado de reproches,

enfados o recelos.

Cierro con amor

el amor múltiple entregado.

Para ir hacia ti

vacío y puramente renovado.

Dispuesto a la llamada

de los anónimos cisnes

que ya despliegan sus posibilidades

ante mis treinta y cinco

que iniciaticamente van quedando atrás

mientras a ti ahora me dirijo.

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