martes, 27 de abril de 2010
Palabras de Trigorin en LA GAVIOTA de Chejov...
sábado, 24 de abril de 2010
La Tierra estornuda
domingo, 18 de abril de 2010
YA VEREIS COMO SÍ, ALGÚN DÍA
Las vacilantes moscas se alejarán de los platos
y de las córneas de los ángeles abandonados.
El retumbar de trompetas venéreas
y el restallido de inmensas flores de fuego
harán la misma cosa.
El cielo se tragará el oscuro y denso cielo,
y una digestión sedosa coronará en azul durmiente
y maternal las pieles de los niños. Sus sueños
no estarán nunca disecados en ordenadores de señores obtusos
y sus pizarras vileda.
Sus risas restallarán por las calles cicatrizadas
y los parques de dulce reinicio.
Sus manitas volarán como palomas cuánticas
al encuentro de otros dedos de azúcar y leche
que regalarán caricias y lunas,
caramelos de noche y peladillas de alba.
Habrá cobijo de bosques y abuelos,
y un montón de musicales bicicletas para el camino.
Cada uno de ellos será héroe de leyenda
en los cuadernos del poeta,
y cada una de sus sonrisas escalará
a los pliegues pesados de las frentes grises
y mediocres de los que ordenaron las destrucciones
y los imposibles olvidos.
Ellos viven porque hay vida.
Ellos son porque mi pena no les olvida.
No les puedo ignorar
tras el regalo de sus distancias, sus risas,
sus proyectos de travesura
y aventura de primeras adolescencias
regadas con caricias furtivas que ya nunca serán.
Ellos habitarán por siempre en mi corazón
y yo extenderé sus brazos a los continentes y sus oídos.
Habrá despachos que querrán silenciarme
no tan funestamente como a ellos silenciaron.
Pero mi verbo y mi grito saltarán por los acantilados,
escalarán los montes, treparán por los rascacielos.
Mi promesa de justicia a sus pestañas de lino
gravaré en las piedras, en los pechos, en los ríos.
Lloraré una y mil noches
el quebranto de sus huesos de leche o luna,
y golpearé con versos o firmes prosas
a quien encienda a los ignorantes con las confusas llamas
de los periódicos y telediarios,
a quien apriete con dedos de muerte ciertos botones rojos.
Os tengo en mi tinta, en mi uña, en la yema de cada dedo.
Salís de mis venas o arterias últimas
porque os lanzo desde el corazón
en forma de sangre enérgica al cuaderno.
Llegáis en un discurrir rojizo que se muta en la página
al negro de luto.
Permaneceréis en las memorias de las miradas curiosas
que asomen a mis páginas, que son el homenaje vuestro,
mis ángeles, mis niños, mis más queridos muertos
A todos los niños brutalmente asesinados en todas y cada una de las injustas, innombrables, vomitivas y avergonzantes guerras del mundo.
Alicante
9 de mayo de 2006
sábado, 17 de abril de 2010
Un poema de hace unos años...
HACIENDOME MAYOR
Voy a ti,
insondable edad
que prolongarás mis arrugas,
mis carencias, mis nubes
mis interrogantes,
mis adioses últimos,
y mis canas.
Voy a ti,
como hombre claro y sereno,
desprovisto de pueriles miedos,
desnudo de infranqueables infancias.
A ti me dirijo.
A ti voy,
con firmeza de monte
de centenas de milenios,
con enigma de noche,
con fluir de océanos.
Voy a ti,
caminando erguido,
con el orgullo de un bagaje preciso
del que no reniega quien a ti va,
quien de ti ha huido.
Voy poco a poco,
pero a ti decidido,
edad que me deparas edades,
caprichos, errores nuevamente,
y el amor, aunque tal vez escondido.
Voy, a ti,
alcanzándote en cada paso,
en cada madrugada o verso,
en cada labio o apellido.
Voy a ti,
flor del asfalto dañino,
pez de sonrisa de plata
y concluir húmedo y diamantino.
Voy a ti
edad que me recoges hombre,
todo sangre, carne,
palabra, verdad y recuerdo
de bosques y cementos.
Voy solo,
pájaro azul en las vacilantes nubes,
unicornio generoso,
descarnado de reproches,
enfados o recelos.
Cierro con amor
el amor múltiple entregado.
Para ir hacia ti
vacío y puramente renovado.
Dispuesto a la llamada
de los anónimos cisnes
que ya despliegan sus posibilidades
ante mis treinta y cinco
que iniciaticamente van quedando atrás
mientras a ti ahora me dirijo.