jueves, 19 de agosto de 2010

Cala Deiá


Baño al atardecer en la Cala casi en penumbra. Invocando a las homéricas musas de Robert Graves cuando ya el cuerpo entero se sumerge en esas mismas aguas, cuando ya el mismo salitre acaricia el alma. Mismas rocas para las respuestas al desenlace de otro capítulo de su YO CLAUDIO, mismos perfiles de pinos que arañan el suave cielo. Uno también va buscando en los paisajes las respuestas para otros personajes del S XVI, o quizás las busca sencillamente para uno mismo.

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