Viejo:
Quince años que ha vivido ella, son ella misma. Pero ¿por qué no decir que tiene quince nieves, quince aires, quince crepúsculos?¿No se atreve usted a huir?, ¿a volar?, ¿a ensanchar su amor por todo el cielo?
Joven:
(se cubre la cara con las manos)
¡La quiero demasiado!
Viejo:
(de pié y con energía)
O bien decir: tiene quince rosas, quince alas, quince granitos de arena. ¿No se atreve usted a concentrar, a hacer hiriente y pequeñito su amor dentro del pecho?
(...)
Así que pasen cinco años
LORCA
para todos aquellos adolescentes que siguen pensando que nuestros mayores no tienen ya nada que decir...
jueves, 27 de enero de 2011
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